Platón se debe estar partiendo de la risa a cuenta de que sus mitos se han convertido en un temario de asignatura de la ESO, pero que siguen estando vigentes condicionando y manejando nuestra sociedad.
En la fotografía ocurre lo mismo; nos dejamos llevar por decenas de mitos sobre su funcionamiento y cómo debemos comportarnos en nuestro papel de fotógrafos.
Efectivamente hay demasiados mitos en la fotografía, empezando por el Iso y los “f” (que en absoluto son dogmas de fe), acabando con el miedo a la comparación, a la copia, a la superación o a la creación de un estilo.
Hay que conocer las reglas del “cómo”, eso nos convierte en expertos, pero también hay que ser libres, vivir la fotografía con el orgullo de poder ver la realidad con ojos privilegiados. Hay que pensar fotos, hacer fotos, enseñar fotos, compartir ideas, trucos, consejos; nadie es mejor que nadie.
Reservarnos el conocimiento no nos hará mejores, Hacer fotografía no es una competición, hacer fotografía es captar la luz para compartirla.